Cuando fuimos bautizados, hubo un momento en la celebración en el que el sacerdote nos ungió con un óleo y nos nombro: sacerdotes , profetas y reyes. Por tanto, como sacerdotes tenemos la maravillosa misión de hablar al mundo de Dios; es igual como si tu descubrieras un remedio contra el cáncer y te lo callaras para tí solo, serías un egoísta, pues si a tí gratis se te ha dado la fe y el conocimiento de Jesucristo , serías igualmente un egoísta al no llevar el mensaje de Dios a todo el que te rodea, tenemos la experiencia de que Dios ha sido grande con nosotros, no podemos privar a nadie del tesoro mas grande que existe: DIOS.
Recuerdo un dia , confesándome, le dije al sacerdote que no me sentía digna de hablar a los demás de Dios, y me dijo: "cuando salgo a celebrar la Eucaristía tu me ves digno para dar el cuerpo de Cristo?" e inmediatamente le dije claro que sí¡¡¡, y me comento pues yo soy tan pecador como tú, pero no por eso dejo de hablar de Dios pues yo se que su mensaje es la única verdad lo único que al hombre puede hacerle feliz.; Desde ese instante no tuve la menor duda. Yo podre ser soberbia justiciera, rencorosa etc,.., pero mi pecado nunca me debe desviar de mi mision como sacerdote, llevar al mundo el mensaje evangélico hablarles del amor tan profundo que Dios les tiene, que los ama con un amor incondicional, que al pecador lo lleva escrito en su corazón, que solo quiere que sea feliz y que veamos que en amar al enemigo y rezad por el esta la felicidad.
Esto es imposible para nosotros , amar a quien nos ha hecho daño¡¡¡ pero para Dios nada hay imposible, y ´Dios sabe que cuando estamos enfadados con alguien, no somos felices , todo lo contrario somos esclavos de nuestro propio pecado, pero cuando por gracia de Dios puedes perdonar a quien te hizo mal, te lo digo por que lo he vivido, sientes una paz y una tranquilidad, parece que pesas menos que la vida es aun mas bonita ,cambias el ceño fruncido por una sonrisa que nace del alma, esto es amar en la dimensión de la cruz dejando tu razón a un lado y llenándola de amor y comprensión, vivir así es maravilloso , aunque ya sabemos que esto es un combate diario , todos los días debemos convertirnos para poder amar lo que no nos gusta por ello necesitamos tener el ¨
Espíritu Santo" y para ello la Iglesia nos da unas armas, para combatir contra todo lo que nos nace de malo ,como decía San Pablo ..." hago el mal que no quiero"... estas armas son la oración diaria, la limosna y el ayuno, si no puedes con tu vida reza, si no puedes con tu vida, da limosna, si no puedes con tu vida ayuna, y veras la recompensa del Señor.
Que Dios nuestro Padre os Bendiga.
Francis.
esta muy bien lo que dices, pero yo más que hablar de Dios a los demás, creo que debemos actuar como El quiere que lo hagamos, porque una acción, pienso, vale más que mil palabras; gracias poor tu bendición; un besito.maria:)
ResponderEliminarGracias por este testimonio, gracias de corazón, porque ayuda mucho a nuestro interior. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.
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